CAMILO JOSÉ CELA Y MIGUEL DELIBES

 CONTEXTO HISTÓRICO: EL FIN DEL FRANQUISMO Y LA DEMOCRACIA

En los años sesenta se dieron los primeros síntomas de recuperación económica y de aperturismo político que, a la muerte del dictador Franco, derivaron en un régimen democrático.

-Consolidación y fin del franquismo-

Tras años de dificultades económicas y aislamiento diplomático, a mediados de la década de 1950 la dictadura franquista logró integrarse en el contexto internacional. Ello sucedió gracias al apoyo brindado por la Iglesia católica con la firma del Concordato y a los acuerdos bilaterales con Estados Unidos, que integraron a España en el bloque anticomunista en el contexto de la Guerra Fría. La aceptación internacional supuso una novedad definitiva para el despegue de la economía española.

La década de 1960 fue una época de desarrollismo, amparado por la planificación de la economía mediante los planes de desarrollo, por el auge del turismo y por las divisas enviadas por los centenares de miles de emigrantes.

La mejora de la economía coincidió con la intensificación de la oposición al régimen, surgida desde todos los ámbitos, incluso desde sectores que tradicionalmente lo habían apoyado. Así, al fallecer Franco en 1975, los intentos continuistas se vieron superados por el clamor popular a favor de la instauración de una democracia.

-España en democracia-

El 20 de noviembre de 1975 falleció Franco. Su muerte abrió un proceso de transición política que permitió la celebración de elecciones en el año 1977 y la aprobación de una Constitución democrática al año siguiente. España quedó definida como una monarquía parlamentaria con una estructura territorial dividida en comunidades autónomas.

A pesar de las dificultades políticas, sociales y económicas, España emprendió el camino definitivo hacia la normalización democrática y la integración en el contexto internacional. La entrada en la CEE en 1986 supuso el reconocimiento de ese proceso y permitió la modernización de la economía, que experimentó un espectacular crecimiento durante las dos siguientes décadas.

 CAMILO JOSÉ CELA

Novelista coruñés miembro de la Real Academia Española y premio Nobel de Literatura, Cela cultivó diferentes géneros. A lo largo de todos sus años de creación experimentó con diferentes técnicas narrativas y abrió nuevos caminos de expresión en la novela española. Sus dos obras más importantes son:

    -La familia de Pascual Duarte. Novela que inaugura la corriente del tremendismo y cuyo argumento es la historia del criminal Pascual Duarte. Este personaje relata en primera persona su vida antes de ser ejecutado, con la intención de descargar su conciencia, presentándose como víctima de un origen familiar y social miserable, que ha marcado su deshonrosa conducta.

    -La colmena. Está considerada su obra maestra. En ella relata la vida de varios personajes de distinta clase social y diferente visión del mundo, que viven en el Madrid de los años cuarenta y que son el protagonista colectivo del relato.


Cela trabajó sobre otras líneas narrativas en novelas posteriores, como Pabellón de reposo, San Camilo, 1936 o Mazurca para dos muertos, entre otras muchas.


LA COLMENA

CAPÍTULO 1

-No perdamos la perspectiva, yo ya estoy harta de decirlo, es lo único importante. Doña Rosa va y viene por entre las mesas del Café, tropezando a los clientes con su tremendo trasero. Doña Rosa dice con frecuencia "leñe" y "nos ha merengao". Para doña Rosa, el mundo es su Café, y alrededor de su Café, todo lo demás. Hay quien dice que a doña Rosa le brillan los ojillos cuando viene la primavera y las muchachas empiezan a andar de manga corta. Yo creo que todo eso son habladurías: doña Rosa no hubiera soltado jamás un buen amadeo de plata por nada de este mundo. Ni con primavera ni sin ella. A doña Rosa lo que le gusta es arrastrar sus arrobas, sin más ni más, por entre las mesas. Fuma tabaco de noventa, cuando está a solas, y bebe ojén, buenas copas de ojén, desde que se levanta hasta que se acuesta.


MIGUEL DELIBES

Novelista coruñés miembro de la Real Academia Española y premio Nobel de Literatura, Cela cultivó diferentes géneros. A lo largo de todos sus años de creación experimentó con diferentes técnicas narrativas y abrió nuevos caminos de expresión en la novela española. Sus dos obras más importantes son:

Su obra evoluciona paralelamente a las diferentes líneas narrativas de la época, si bien aporta a todas sus creaciones su gran preocupación por los verdaderos valores humanos.

Este escritor se caracteriza por un estilo sobrio y rico, especialmente en la descripción de ambientes y la caracterización de personajes, rasgos que se pueden apreciar en todas sus obras. Las principales son:

    -La sombra del ciprés es alargada. Novela realista publicada en los cuarenta, considerada una de las primeras muestras de la narrativa existencial. Se ambienta en una ciudad gris encorsetada por su moral y critica la mentalidad burguesa.

    -El camino. Escrita en los cincuenta, se sitúa en un espacio rural visto a través de los ojos de un niño que ha de abandonar su pueblo y rememora su experiencia infantil, sus amistades y descubrimientos vitales. El autor muestra su predilección por personajes humildes de valores morales puros.

    -Cinco horas con Mario. Con esta novela publicada en los sesenta, el escritor abre un paréntesis experimental en su creación. Se trata de un extenso monólogo en el que la protagonista, Carmen, rememora su vida conyugal mientras vela el cadáver de su marido, Mario. Carmen representa una ideología conservadora, opuesta a la liberal de su esposo fallecido.

    -Los santos inocentes. Escrita a principios de los ochenta, es una fusión de realismo crítico y técnica experimental en la que se denuncia la explotación y la ignorancia padecidas por los criados de unos señoritos. En esta obra se revela el cinismo y la dureza con que las clases altas tratan a las clases bajas.


LOS SANTOS INOCENTES

LIBRO PRIMERO

A su hermana, la Régula, le contrariaba la actitud del Azarías, y le regañaba y él, entonces, regresaba a la Jara, donde el señorito, que a su hermana, la Régula, le contrariaba la actitud del Azarías porque ella aspiraba a que los muchachos se ilustrasen, cosa que a su hermano, se le antojaba un error, que, Luego no te sirven ni para finos ni para bastos, pontificaba con su tono de voz brumoso, levemente nasal, y por contra, en la Jara, donde el señorito, nadie se preocupaba de si éste o el otro sabían leer o escribir, de si eran letrados o iletrados, o de si el Azarías vagaba de un lado a otro, los remendados pantalones de pana por las corvas, la bragueta sin botones, rutando y con los pies descalzos e, incluso, si, repentinamente, marchaba donde su hermana y el señorito preguntaba por él y le respondían, anda donde su hermana, señorito.

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